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Fue hace 10 años, un 25 de agosto de 2010, en la isla griega de Spetses, se
celebró la boda del Príncipe Nikolaos con la venezolana, Tatiana Blatnik.
La pareja formalizó su compromiso, en diciembre de 2009, en el barco propiedad de
la Reina Ana María y del Rey Constantino , el Aforessa, donde el Príncipe se
puso de rodillas, y le pidió a su novia desde hacía 9 años, que se casara con
él.
La boda estuvo llena de simbolismo. Se celebraba en suelo griego, la última
boda real en Grecia, fue la de el Rey Constantino y la Princesa Ana María de
Dinamarca, en la catedral ortodoxa de Atenas, por todo lo grande. Sin embargo,
en esta ocasión el lugar elegido no fue la capital, ni la catedral, y el motivo
no era que Grecia fuera una República, puesto que la Iglesia mantiene los
símbolos del Rey, si no porque la catedral se encontraba cerrada debido a un
terremoto que diez años atrás la había deteriorado afectando a su nave
principal, más de 20 años ha costado que la catedral fuera restaurada,
En 2017 se
abrió al público.
Pero, la isla de Spetses también tenía su historia y su
atractivo. Fue en esta isla en el Convento de San Nicolás, donde se iba a
celebrar la boda, aquí, en 1821, estalló la Guerra de la Independencia de Grecia.
En un barril de ron guardaron el cadáver del sobrino de Napoleón, los Popes del
convento hasta entregárselo, a Francia. El Bonaparte era capitán de la Marina
francesa, Francia participaba en esta guerra en apoyo de la independencia.
189
años después, el convento, iba acoger una boda de un miembro de la realeza. La
boda no iba a ser como las que acostumbramos a ver, esta boda iba a ser muy
típica griega, mezclando elementos de la realeza, de Venezuela...
Así la novia
llego al Convento de San Nicolás, en una calesa típica de la isla de Spetses,
decorada con granadas, fruto típico de la isla.
El diseñador del maravilloso
vestido de boda, fue Ángel Sánchez , venezolano, un vestido que estuvo a la
altura del evento, y que se complementaba con la tiara de la Reina Ana María, con mucha historia originaria de Rusia, y es que la abuela paterna de la
Reina Ana María era Princesa de Rusia, miembro de la Familia imperial, y por
supuesto el velo de encaje, originario de la familia Real Sueca, era propiedad
de la Reina Ingrid de Dinamarca.
El novio llegó ala isla acompañado de los
padrinos de la boda, y de su padre, abordo del Afroessa, salieron desde la
localidad cercana de Porto Jeli. En la isla le esperaba su madre, la Reina Ana
María, madrina de la boda, con quién entró al convento.
Se celebro por la tarde
noche, a las 20.00. Cuando los invitados llegaron era de día, cuando finalizo la
boda era de noche, y es que el calor aprieta en Grecia en esta época del año.
Por supuesto fue por el rito ortodoxo. Y en la ceremonia se usaron las coronas
propiedad de la familia Real Griega , que sustituyen a las guirnaldas típicas de
las bodas griegas comunes. Y es que este ritual de las coronas se reserva por
parte de la iglesia ortodoxa griega, sólo a los miembros de la familia real. Las
coronas son originarias de Rusia.
Y por supuesto la
familia real española, que también son familia, estaban todos, excepto el Rey
Juan Carlos, que se recuperaba de una operación de pulmón. Intervención hecha un
mes antes. Posaban juntos el Príncipe Heredero Felipe, la Princesa Heredera
Letizia, las infantas Elena y Cristina con su esposo, Iñaki Urdangarin, mientras
la Reina Sofía accedía al templo junto a la Reina Margarita, y la Princesa Irene, también Tatiana Radziwil.
Y el Consorio de armadores griegos, desde los
Niarchos a los Vardinoyannis, los Nomikos, los Lemos, los Goulandris....Hasta el
punto que se tuvo que habilitar partes del convento para acoger a los invitados,
otros siguieron la ceremonia desde el hotel Poseidón. Fue una boda muy peculiar,
bonita, y exitosa, puesto que muchos creyeron que seria imposible en tan poco
espacio, y en una isla donde el número de vehículos que pueden circular esta
limitado, triunfara, y la verdad fue un éxito.
La próxima boda la de la Princesa Theodora, esperemos.
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